Cuando venga la tentación

Deuteronomio 22:21

Así extirparás el mal que haya en medio de ti.

Cuando venga la tentación…

¡HUYE! La única solución a vencer la tentación es huir. Es muy peligroso hacer caso omiso a tus impulsos ante la tentación. La realidad es que toda persona que en un momento dado u otro ha caído en situaciones pecaminosas confiesa que todo empezó con una tentación. El pecado le fue consumiendo y destrozo su vida entera. Cuando surge la tentación, llega una señal de peligro junto a ella. Algunos lo llaman conciencia pero yo difiero. La conciencia es solamente la conducta basada en experiencias pasadas que quedaron grabados en tu mente y tú forma disciplinaria. Todos tenemos una conciencia, pero la misma está sujeta a tu forma de crianza. El problema de la conciencia es que ella te guiara a actos de acuerdo a tu pasado; en otras palabras lo que quizás sea malo para ti es bueno para otro. Las personas que te criaron o tus amistades cuando pequeño te mostraron e inculcaron principios erróneos y tu actuaras de la misma manera porque eso fue lo que viviste en el pasado. El que vive para Dios tiene que dejarse llevar por el Espíritu Santo no por la conciencia. El Espíritu Santo te guiara de acuerdo a las leyes de Dios y no importara tu pasado.

La biblia dice que debemos extirpar el mal de nosotros. Lo socialmente correcto es decir que todos pecamos y actuar de manera indiferente ante lo que está mal en nuestras casas, vocabulario, vestimenta, programas de televisor, música etc… pero espiritualmente eso es incorrecto. Cuando eres guiado por el Espíritu Santo tu vida comienza a recibir señales de peligro y rechazo ante lo que está mal. Tienes que reconocer esas señales y remover el pecado de tu vida. La tentación es la señal inicial para tomar acción y huir. Procura hacer un inventario mental de las cosas que te rodean y piensa quien o que se ha convertido en una tentación. Una vez lo identifiques extírpalo de tu vida y estarás seguro.

Las Promesas de Dios

Josué 23:14 »Por mi parte, yo estoy a punto de ir por el camino que todo mortal transita. Ustedes bien saben que ninguna de las buenas promesas del Señor su Dios ha dejado de cumplirse al pie de la letra. Todas se han hecho realidad, pues él no ha faltado a ninguna de ellas.

 

¡Detente por unos instantes!

Como si fuera asunto de vida o muerte. Detente en tu día lleno de trabajo y compromisos y piensa en lo que Dios ha hecho en tu vida. Es triste decirlo pero la mayoría de nosotros pasamos todo el día pensando en lo que necesitamos lograr pero nos olvidamos de lo que ya hemos logrado. Dios ha sido bueno contigo. Si realmente te detienes y piensas en lo que Dios hizo contigo en el pasado no te sentirías tan triste o preocupado. Aquel plato de comida, ofrenda de amor, o simplemente aquella persona que estuvo en el pasado a tu lado cuando todos los demás te abandonaron, estas son las cosas que se nos olvidan.

Tus necesidades son reales y no van a desaparecer. Cada día te enfrentaras a nuevos retos y con cada reto llegara nuevas necesidades. La única forma real de enfrentarlas es mirando las promesas que Dios ya ha cumplido en tu vida y utilizarlas como motivación para lo que tienes de frente. Atrévete a enumerar por lo menos una cosa por lo cual estas agradecido (quizás tus hijos, conyugue, trabajo, vehículo, casa) piensa en esa bendición que recibiste y como Dios cumplió contigo.

No te intimides por lo que vendrá, si Dios estuvo contigo ayer lo estará mañana, quizás tarde un poco pero vendrá. Ármate de lindos y agradables recuerdos y veras lo que Dios va ser contigo. Procura como Josué darle gracias a Dios por las cosas que ya el ha hecho contigo antes de pedirle lo que necesitas. Sea diferente a los demás, o simplemente sea motivado en el agradecimiento a tu Dios.

Un Espíritu de dejadez

Deuteronomio 17:1

"No sacrificarás al Señor tu Dios ninguna oveja ni buey que tenga algún defecto o imperfección, pues eso es abominable para el Señor tu Dios" (NVI)

En el Antiguo Testamento era crucial traer solo los mejores sacrificios al Señor. ¡Ser mediocre no era aceptable! A pesar de eso el pueblo de Dios comenzó a traerle a Dios sacrificio de animales ciegos cojos y hasta enfermos, le daban a Dios lo que les sobraba o no tuviera importancia para ellos. Era un espíritu de dejadez. (Mal 1:8)

Aun hoy día debes tener mucho cuidado con tu servicio a Dios y a los que te rodean. El espíritu de dejadez o indiferencia es muy fácil de dominar en ti. Cada cierto tiempo debes hacer una pausa y medir el esfuerzo y la energía que inviertes en lo que haces para Dios, asegúrate que no se haya convertido en una simple rutina. Las rutinas no son malas, la realidad es que las necesitamos para poder ser exitoso en cualquier área de nuestras vidas. Lo que se convierte peligroso es cuando la comienzas a realizar sin pausar y pensar en lo que estás haciendo. Hablar sin sentido, trabajar sin pasión, actuar sin conciencia son algunas de las señales que muestran que puedes estar acercándote a este tipo de espíritu. Perder la pasión es la mejor descripción.

¿Quién provoca esto?

¡Tú y solo tú! Sin importar lo que ocurra alrededor tuyo solo tú como ser humano tomas decisiones de cómo vas a reaccionar. Pueden existir varios factores alrededor que influyan en tu decisión pero siempre serás tu que tomas la decisión final. Protégete y ten cuidado de ti mismo.

¿Porque ocurre esto?

¡Perdiste el propósito original! Olvidaste porque comenzaste a realizar lo que hacías esta es la mayor razón para un espíritu de dejadez. Cuando todo comenzó existía una meta común un propósito que al pasar del tiempo dejaste escapar.

¡Permitiste que las malas influencias te dominaran! La vida está llena de tribulaciones que afectaran tu vida diariamente en todo tiempo y en todo lugar, no obstante no puedes permitir que eso te detenga. Vas a vivir frustraciones que serán provocadas por el enemigo para detenerte. Tienes que determinar quien domina a quien.

¡Olvidaste la meta final! Cuando uno sube una montana el primer paso para alcanzar la cima es no mirar para atrás. Tener la mirada puesta en la meta final es el primer paso hacia la victoria. Pensar en un resultado final, feliz y de gozo será tu motivación para poder ejecutar con ánimo hoy. Si te olvidaste del resultado final; si cambiaste la mirada y no piensas ya en lo que saldrá de todo tu trabajo te va dominar este espíritu de dejadez.

Hoy te invito a que analices si le has dado lugar a un espíritu de dejadez en tu vida espiritual, física o emocional. Si lo encuentras actuando en ti retorna a 1) El propósito original que Dios tenía contigo 2) Procura pegarte a influencias positivas y gente lleno de Dios 3) Pon tu mirada sobre la meta final.